Tenemos un cuerpo dotado de un sistema nervioso sensible y de cinco conciencias sensoriales (al menos cinco). Pero hay un sentido que trasciende a todos ellos, un sentido transversal a todos: #el dolor.
La experiencia que podamos obtener del dolor varía no sólo según los individuos, sino también según las culturas. La valoración que tengamos de nuestro propio dolor hará que su significado sea muy distinto. Hay dos extremos en la forma de concebir el dolor, de un lado está la concepción “occidental” que tenemos del dolor, lo evitamos siempre que sea posible y cuando empezamos a sentir un dolor inmediatamente tratamos de eliminarlo. Del otro extremo está la concepción del dolor como un sinónimo de #placer, una tendencia masoquista, autolesiva, que lleva a la búsqueda del dolor, esto es catalogado como Algofilia (1) , un trastorno mental.
Como casi todo (o todo según yo) en la vida, la forma más sensata está en el punto medio, en el #equilibrio
… ni tratar de vivir una vida sin dolor (porqué es imposible y aburrido) ni buscar el dolor constantemente para experimentar placer. La relación que existe entre placer y dolor es muy compleja, la bioquímica cerebral del dolor nos puede dar un poco de entendimiento del porqué el dolor puede parecer placentero algunas veces: Cuando sentimos dolor nuestro cerebro libera #endorfinas (2) unos opiáceos naturales que contrarrestan el mismo dolor y miedo, producen una sensación de seguridad, protección y confianza (por esta razón es llamada por algunos “la hormona del amor”)
El Buddha y los dudes del gym tienen una buena respuesta, y también cualquiera que ha aumentado sus habilidades en cualquier deporte. Lo primero es aceptar que el dolor existe y no podemos evitarlo para siempre, no debemos caer en la tendencia de rechazar al dolor siempre, ya que esto nos lleva a experimentar un segundo dolor: un dolor mental, el cual nos puede llevar a desesperarnos y a desertar del gym o del deporte que practicamos. A esto son mucho más vulnerables los novatos, si llevas un buen tiempo entrenando te habrás dado cuenta que el progreso suele estar acompañado de dolor.
Buddha lo explicó con la analogía de las flechas: “Cuando un discípulo noble, instruido, entra en contacto con una sensación dolorosa, no se entristece, ni se angustia, ni se lamenta, ni se golpea el pecho y llora, desconcertado. Así que experimenta una sola sensación: la física, no la mental”
Esto tampoco quiere decir que entre más intenso sea el dolor que experimentes más será el progreso, no es así. Si te expones a dolores muy intensos sin prestarle #atención e ignorándolos, puedes lesionarte; porqué para eso está el dolor, para prestarle atención como indicativo de que algo está sucediendo en tu cuerpo y no debe ser ignorado.
Si tú puedes soportar
esos dolorosos sentimientos que surgen
que merman tu vitalidad…
Si no tiemblas a su llegada
te levantas del abismo sin fondo
y has ganado un punto de apoyo
Buddha- Pātālasutta (1) Algofilia: Actitud del que busca y disfruta situaciones dolorosas
(2) Endorfinas: Son un neuropéptido endógeno, o sea cadenas de proteínas elaboradas por el propio organismo, estas sustancias estimulan las áreas cerebrales que producen placer al organismo, entre muchas otras funciones.
Para leer el Discurso sobre la Flecha de Buda:
La última frase es un extracto de
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